Articulaciones, artritis y artrosis

Articulaciones, artritis y artrosis

Una articulación en anatomía es el punto de contacto entre dos huesos del cuerpo. Es importante clasificar los diferentes tipos de articulaciones según el tejido que la une en fibrosas, cartilaginosas, sinoviales o diartrodias.

El cuerpo humano tiene diversos tipos de articulaciones móviles, como la sinartrosis, sinfisis y diartrosis. La parte de la anatomía que se encarga del estudio de las articulaciones es la artrología.

Diartrosis o articulación móviles

El término diartrosis procede del griego diá, separación, y arthron, articulación. Son las más numerosas en el esqueleto. Se caracterizan por la diversidad y amplitud de los movimientos que permiten a los huesos. Posee cartílago articular o de revestimiento en ambas partes de la articulación. Un ejemplo típico de diartrosis es la artiulación glenohumeral, la articulación que une el húmero con la escápula. En el contorno de la cavidad glenoidea se halla el rodete marginal rodete glenoideo. Las dos superficies articulares están unidas por la cápsula que se fija alrededor de la cavidad glenoidea de la escápula y del cuello anatómico del humero. La cápsula está reforzada exteriormente por ligamentos extracapsulares e interiormente está tapizada por la sinovial. Los movimientos varían según el tipo de diartrosis:

  • Enartrosis: Las superficies articulares que intervienen son esféricas: una cóncava y una convexa. Realizan todos los movimientos del espacio, como por ejemplo la articulación glenohumeral y la coxofemoral.
  • Condilartrosis: Las superficies articulares son alargadas: una convexa y una concava. Efectúan todos los movimientos menos la rotación.
  • Trocleartrosis: Las superficies articulares son: una polea o tróclea y dos carillas separadas por una cresta. Ejecutan los movimientos de flexión y extensión. Por ejemplo la articulación del codo.
  • Encaje reciproco: Las superficies articulares son: una cóncava y otra convexa que encajan perfectamente. Menos la rotación, realizan todos los movimientos, pero con poca amplitud.
  • Trocoides: Las superficies articulares son: un eje oseo y un anillo osteofibroso. Poseen un movimiento de rotación.
  • Artrodias: Las superficies articulares son dos carillas planas.

Articulaciones, en anatomía, zonas de unión entre los huesos o cartílagos del esqueleto. Se pueden clasificar en:

  1. Fibrosas o sinartrosis, que son articulaciones rígidas, sin movilidad como las que unen los huesos del cráneo; o con movilidad muy limitada como la unión distal entre cúbito y radio.
  2. Cartilaginosas o anfiartrosis, que presentan movilidad escasa como la unión de ambos pubis (sinfisis del pubis, que durante el parto realiza un movimiento muy amplio); y la articulación entre los cuerpos de vértebras adyacentes.
  3. Sinoviales o diartrosis, articulaciones móviles como las que unen los huesos de las extremidades con el tronco (hombro, cadera). Se denominan así porque contienen una sustancia lubricante llamada "líquido sinobial".

Las articulaciones sin movilidad se mantienen unidas por el crecimiento del hueso, o por un cartílago fibroso resistente. Las articulaciones con movilidad escasa se mantienen unidas por un cartílago elástico. Las articulaciones móviles tienen una capa externa de cartílago fibroso y están rodeadas por ligamentos resistentes que se sujetan a los huesos. Los extremos óseos de las articulaciones móviles están cubiertos con cartílago liso y lubricados por un fluido espeso denominado líquido sinovial producido por la membrana sinovial. La bursitis o inflamación de las bolsas sinoviales (contienen el líquido sinovial) es un trastorno muy doloroso y frecuente en las articulaciones móviles.

El cuerpo humano tiene diversos tipos de articulaciones móviles. La cadera y el hombro son articulaciones del tipo esfera-cavidad, que permiten movimientos libres en todas las direcciones. Los codos, las rodillas y los dedos tienen articulaciones en bisagra, de modo que sólo es posible la movilidad en un plano. Las articulaciones en pivote, que permiten sólo la rotación, son características de las dos primeras vértebras; es además la articulación que hace posible el giro de la cabeza de un lado a otro. Las articulaciones deslizantes, donde las superficies óseas se mueven separadas por distancias muy cortas, se observan entre diferentes huesos de la muñeca y del tobillo.

La artritis es la inflamación de una articulación, caracterizada por dolor, limitación de movimientos, tumefacción y calor local.

Existen varios tipos de artritis, siendo las más frecuentes:

  1. Artritis gotosa: la padecen los afectos de gota.
  2. Neuropática: producida por lesiones medulares, neuropatía diabética.
  3. Reumatoide.
  4. Piógena: son las de origen infeccioso.
  5. Artrosis

La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, especialmente entre personas de edad avanzada. Se sabe que en España la padece hasta un 16 por ciento de la población mayor de 20 años y, de ellos, las tres cuartas partes son mujeres. Es una enfermedad producida por el desgaste del cartílago, un tejido que hace de amortiguador protegiendo los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de la articulación. En la artrosis, la superficie del cartílago se rompe y desgasta causando que los huesos se muevan uno contra el otro, causando fricción, dolor, hinchazón, y pérdida de movimiento en la articulación. Con el tiempo, la articulación llega a perder su forma normal, pudiendo llegar a crecer espolones en la articulación. Además, trozos de hueso y cartílago pueden romperse y flotar dentro del espacio de la articulación causando más dolor y daño.

La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo. No obstante, las más frecuentes son la artrosis de espalda que suele afectar al cuello y la zona baja de la espalda (lumbar); la artrosis de cadera y rodilla, y la artrosis de manos y pies que suele iniciarse a partir de los 50 años.

Síntomas

Usualmente la artrosis comienza lentamente. Tal vez comience con dolor en las articulaciones después de hacer ejercicio o algún esfuerzo físico. La artrosis puede afectar cualquier articulación, pero ocurre más frecuentemente en la espina dorsal, manos, caderas, o rodillas.

La artrosis en los dedos parece que ocurre en ciertas familias, por lo que se piensa que podría ser hereditaria. Se ha observado que afecta más a mujeres que a hombres, especialmente después de la menopausia. Pueden aparecer pequeños nódulos de huesos en las articulaciones de los dedos. Los dedos se pueden hinchar, poner rígidos y torcerse. Los dedos pulgares de las manos también pueden ser afectados.

Las rodillas son las articulaciones sobre las que se carga la mayor parte del peso del cuerpo, por lo que una de las más afectadas por la artrosis. Se pueden poner rígidas, hinchadas, y doloridas, causando que sea difícil caminar, subir escaleras, sentarse y levantarse de sillas, y usar bañeras. Si no se recibe tratamiento, la artrosis en las rodillas puede llevar a incapacidad.

En las caderas puede causar dolor, rigidez, e incapacidad grave. Las personas con esta condición pueden sentir dolor en las caderas, ingle, parte interior de los muslos, o rodillas. La artrosis en la cadera puede limitar mucho los movimientos y el acto de poderse agachar. El resultado es que actividades de la vida diaria como vestirse y el cuidado del pie pueden ser un todo un reto.

Rigidez y dolor en el cuello o en la parte de abajo de la espalda pueden ser el resultado de artrosis de la espina dorsal. También puede resultar en debilidad o adormecimiento de los brazos o piernas.

Tratamiento sintomático

Tradicionalmente el tratamiento farmacológico que se ha empleado para hacer frente a la artrosis ha sido únicamente sintomático. Debido a que la posibilidad de curar la enfermedad o de detenerla era completamente nula, el objetivo de los tratamientos se ha centrado en erradicar en lo posible el dolor y otras molestias asociadas a esta patología mediante la administración de analgésicos y antinflamatorios.

En general los reumatólogos recetan analgésicos como el paracetamol para el tratamiento de la artósis en dosis diarias de 1 gramo. Si bien los antiinflamatorios pueden ser también indicados, se debe tener en cuenta su afección gastrointestinal con lo que en determinados pacientes se declinará esta opción

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